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¡Importante leer!

Los escritos aquí mostrados son totalmente realizados por una novia que te ama demasiado y que quiere que este aniversario sea de los más especiales por ser el último del año, así que Lee con atención y amor ૮ ’• ˕ •` ა

El líder y su aniversario

Pequeño poema

De peleas y reconciliarse (+18)

Una mañana linda

De peleas y reconciliarse

Habían pasado dos años desde que vana y Mati habían establecido su vida juntos.Vana había terminado enamorándose más, dos años era poco tiempo, pero se había adaptado rápidamente a ser la pequeña ama de casa de Mati.Su novio ahora era un reconocido escritor, con un pseudónimo y más de mil ejemplares vendidos en su primer año de debut, con pequeñas historias que fueron alabadas, su vida había dado un ascenso descomunal. Y jamás había visto al chico tan feliz diciéndole que incluso el mismo haría las ilustraciones de su próximo libro.A vana se le llenaba el corazón de alegría y la primera vez que llegó con la noticia había llorado con el mientras se abrazaban sin poder creerse que aquel sueñito lejano se volviera una realidad palpable. Estuvo casi toda la noche en el sofá, encima de su novio, diciéndole entre sollozos que él se merecía aquello más que nadie y que jamás lo dejaría de sostener mientras él estuviera ascendiendo más y más alto. Quizás más de lo que ella jamás podría alcanzar. Pero continuaría.
Paso de ser, entonces, la novia que dormía todo el día y era consentida a la novia que lo recibía con un abrazo, que le hacía sus postres favoritos, la que se levantaba temprano para hacerle desayuno y despedirlo atándole la corbata para el trabajo.
Ya que además de escritor con su propia oficina en casa, repleta de manuscritos e ilustraciones, Matías también era profesor a tiempo parcial de literatura. Enseñaba a otros todo lo aprendido desde su experiencia y con su propia voz y aunque vana lo extrañaba y los primeros días lloro a escondidas por la falta que le hacía. Le sonreía cada que pasaba la puerta con expresión cansada, pero satisfecha de también estar ayudando a otros que lo admiraban fielmente (nunca tanto como ella).
Pero nada de sus esfuerzos podría siempre contra la nube del estrés o los bajones que podría tener una pareja… Eso se decía mientras veía a Matías.Decir que estaba enojado era poco.Matías estaba totalmente fuera de sí mismo, estaba furioso, odiaba (no, mejor dicho, despreciaba) gritarle a vana. ¿Cómo podría él? Él sabe el hecho de que, desde el secuestro, su actual novia era demasiado sensible a que él alzara la voz, él sabía que no era tan malo como para provocarle el llanto. Pero hoy, sentía que la chica estaba presionando sus botones un poco más de lo habitual, lo que le dificultaba mantener sus emociones bajo control. Cuando seguía balbuceando acerca de que él podría descansar un poco por su trabajo, solamente había una cosa en su mente, y era cerrarle la boca por solo un maldito minuto.Todo se intensificó rápidamente, de verdad. Ni siquiera ella pensó que la discusión con su novio llevaría a que él le destrozara las entrañas en el sofá de su pequeña casita.— Mi pobre nena, solo necesitabas que papi te follara para aclarar tu mente, ¿Mh? — Él gruñe, y todo lo que vana puede hacer es retorcerse y gemir, con las rodillas sobre el pecho mientras él se la folla sin sentido, el sofá pegado a su piel sudorosa. Es crudo y apasionado; Ya no es únicamente follar, es algo más que eso.Sabía que cada vez que Mati se la follaba, todo el estrés, la tensión y las preocupaciones reprimidas del trabajo se liberaban en su frágil cuerpo. Hoy no fue diferente. Podía sentir lo enojado que estaba con ella por sus fuertes embestidas, no estaba siendo tan fácil como tendía a ser. No después de que pusiera a prueba su paciencia.— Mierda, mira esto, te estoy jodiendo tan bien que puedes sentirme — dice mientras toma una de las manos de vana y la coloca sobre el bulto que aparece y desaparece cerca de su vientre.—Es demasiado, no puedo… — Matías se inclina para amortiguar sus patéticos gemidos con un beso descuidado, sabiendo muy bien que siempre funciona para que deje de murmurar palabras incoherentes.Fue divertido para él verla convertida en un desastre tan tonto y balbuceante. Todo lo que podía manejar eran deseos, necesidades e impulsos arrastrados acerca de cómo su pequeña niña era tan sensible que no podía soportarlo más. ¿Lo culpaba por ser tan rudo? Después de la forma en que se comportó; él no cree que sea tan malo que esté golpeando sus puntos dulces hasta que su cerebro no funcione para nada más que para pensar en lo bien que está siendo llenada, gimiendo debajo de él como una maldita puta, tal como le gusta.— lo se bebe, lo sé. Se siente tan bien, ¿no? — susurra con tono de burla después de alejarse del beso, continuando sumergiéndose dentro de las paredes en su interior, sin darle tiempo para recuperar el aliento.Él coloca suavemente las piernas llenas de cicatrices frescas sobre sus hombros, la quiere más profundo, tan profundo que podría perderse. La cara de vana se contorsiona y él no puede evitar inclinarse para besar su cara confusa. ¿Por qué se siente tan bien? Porque es él. Es todo él.Sus palabras, los golpes implacables y el bulto visible en el vientre fueron la perdición de la pelinegra. El calor en el estómago era insoportable, no podía soportarlo más, la estaba consumiendo, llevándola al límite tan rápido que no podía detenerlo.Su intimidad se aprieta con tanta fuerza a su alrededor que casi tiene que detener sus embestidas. Se siente como si estuviera flotando, como si cada receptor de su cerebro estuviera produciendo serotonina a toda marcha. A Vana Le tiemblan las piernas mientras se corre, abre la boca para gritar, pero no sale nada.— Eso es todo, putita… — Él se ríe mientras se la folla aún durante el orgasmo. No deja de golpear su interior con fuerza, decidido a perseguir su propio subidón.La mirada en los ojos húmedos de vana fue casi suficiente para empujarlo al límite en ese instante. Tenía los ojos llorosos y la cara que pone es francamente lasciva. Jura que nunca podrá superar esa cara, esa maldita y adorable mirada de estupefacción, de amor por él, sin importar cuánto se la folle.Detiene su ritmo brutal por un segundo para recuperar la compostura y la más pequeña puede sentirlo palpitar profundamente dentro de ella. Tenía que ser lo mejor que jamás haya sentido, ningún hombre podría ser mejor que su novio.— ¿Quieres que te llene, no? Te encanta tanto sentirte llena de mí… que no me dejas salir siquiera, pequeña puta traviesa — suelta una risa ronca y sus caderas flaquean mientras usa el agarre que le tiene en la cintura para embestirla contra su polla más rápido. Solo puede asentir tontamente ante su pregunta, demasiado perdida en la neblina posterior a tu orgasmo.Mati echa la cabeza hacia atrás y hunde su polla tanto como puede en vana. Ella está tan segura de que nunca ha visto una vista más hermosa; tenía el ceño fruncido, el pelo pegado a la frente, los ojos cerrados y el labio mordido con dureza. Estaba a punto de decir algo cuando siente que algo cálido fluye en ella.— es mucho, es mucho, demasiado… papi, por favor — gime, gime tan fuerte mientras se llena, totalmente, no hay forma de pararlo, llega tan profundo que, todo se siente repleto.— shhh, tómalo, tómalo todo —. Sin querer, probablemente instintivamente, se aprieta a su alrededor, sacando más mientras la llena con su semen caliente.Hubo un momento de silencio mientras él permanecía dentro aún, manteniéndola completamente a su Merced, solo el sonido de las respiraciones pesadas de cada uno llenaba la sala de estar.Es así por un minuto antes de que mati la limpie y se asegure de que está bien, y le pregunte si fue demasiado duro con ella con esa sonrisa tímida suya como si esa no fuera su intención. Mientras vana solo suspira viendo cómo la mirada de Mati no se despega de sus heridas, Abiertas por la brusquedad que tuvo, y sabe que se aproxima una segunda ronda cuando el pulgar de Mati (aún húmedo) arrastra la sangre para llevársela a los labios.La única señal de vana ante eso fue dirigir su vista a la navaja en la mesa de la sala. Y la sonrisa satisfecha de Mati valió totalmente la pena cuando su piel comenzó a arder expectante.

Una mañana linda

Los rayos dorados del sol de la mañana brillaban a través de las ventanas, iluminando el dormitorio. El sol se sentía cálido contra el rostro de una pequeña conejita, Molestándola por la luz brillante que sus párpados intentaban apagar, la pelinegra, disgustada, giro hacia el otro lado con un quejido. Y Mientras se daba la vuelta, se encontró con el calor del pecho de su amante, la piel desnuda sobre la que ha apoyado su cabeza durante innumerables noches y mañanas.— Buenos días, lindura — mati soltó una risita mientras veía a vana acariciar su cabeza contra su pecho, mimosa y quizás con sus labios más cerca de lo necesario de la suave piel.— ¿qué hora es? — murmuro somnolienta, las vibraciones de su voz ronca por el sueño enviaron pequeños cosquilleos a través del pecho de Matías. Tuvo que contener una risa ante la sensación.— las nueve de la mañana — tarareó, levantando la mano para pasar los dedos por el cabello desordenado de vanita.Los dos se habían tomado el día libre; había sido una semana larga en el trabajo para ambos y hacía tiempo que necesitaban un descanso. Matias estaba muy privado de sueño por las noches en el trabajo y por tener que llegar temprano, y habías tenido demasiadas malas experiencias esa semana. La salud mental de ambos estaba empeorando, entonces, ¿qué mejor que pasar un día juntos como forma de sanar?— ¿Puedes cerrar esas cortinas, por favor? Me están molestando muchísimo — dejo escapar otro resoplido mientras inclinaba su vista hacia arriba. Sus ojos cansados se encontraron con los de mati, quien todavía padecía falta de sueño. Se sintió un poco culpable al obligarlo a levantarse, pero aún estaba demasiado lenta para moverse.— qué fiaca… pero bueno, solo porque me prometiste comprarme mantecol hoy, mwa — tarareó mientras suavemente apartaba un poquito a vana de su pecho. Se sentó, se orientó por un momento y luego se acercó para cerrar las cortinas. Los ojitos enamorados de la chica en la cama siguieron lentamente cada uno de sus movimientos, quedando fascinados por su apariencia. El brillo dorado de la mañana hacía que su piel pareciera absolutamente hermosa. Resaltó cada belleza y arista de él, todas las cosas de su amante que admiraba. Su cabello parecía seda bajo esta iluminación, la iluminación dorada y los mechones negros contrastaban casi a la perfección. Dios, este hombre era hermoso.Antes de que se diera cuenta, había regresado a la cama, acercándola para que pudiera descansar contra él una vez más. Esa mañana la recibía su calidez por segunda vez y se sintió incluso mejor que la primera. Sus brazos se envolvieron libremente alrededor de la cintura suave de vana, dibujando sin pensar pequeños círculos en su espalda. Los dedos tersos se movieron suavemente hacia arriba y hacia abajo por la piel.La forma más delgada y baja de los dos lentamente se fundió con la de él, poniéndose cómoda una vez más. Con los pequeños movimientos rítmicos de los dedos de Matías, la falta de luz y el sentirlo a su lado poco a poco hicieron que el sueño se apoderara de su cuerpo una vez más.Una pequeña sonrisa apareció en el rostro de Matías cuando vio que estaba dormida. Se veía tan tranquila en ese momento, su cara y su cuerpo relajados y no tensos. Se sintió feliz de verla así, no con la mente y el cuerpo estresados que había tenido el día anterior.A los pocos minutos, mati también volvió a quedarse dormido, con esa sonrisa de satisfacción aún en su rostro.Lo dicho antes es cierto, nada es mejor que una mañana tranquila y soñolienta entre dos amantes.

El líder y su aniversario

Hay tiempos en los que la desolación de tener tanto estrés se hace presente, unas lágrimas por aquí y por allá y recuerdos fortuitos del deseo de sentir nuevamente sus abrazos, sus besos y sus caricias, su voz suave mientras se acomoda junto a ella a dormir en el calor de las sabanas, afuera puede haber mucho frío, incluso puede estar helado, pero si tiene a su amado a su lado simplemente se siente tan querida que el calor se funde rápidamente, junto con un dulce beso en su frente que causa revoltijos en su corazón porque lo ama tanto.Sonrisita nerviosa por aquí y sonrojos que endulzan el alma del pelinegro, un tímido te amo cruza sus labios acorazonados, enterneciendo al caballero, juntándola más a ella y su conejita pequeña la abraza como si no quisiera dejarlo ir, nunca.Palabras que endulzan su oído, oh, ella las extraña, demasiado.Eso piensa mientras ve por la ventana, El otoño siempre venía acompañado de un cambio hacia un clima más frío. Las hojas comenzaron a dorarse y las dulces melodías de los pájaros cantores de alrededor fueron llevadas por suaves vendavales. Luego el invierno llegó desprevenido; Tanto los aldeanos como los meteorólogos comenzaron a predecir nevadas y las calles se llenaron de gente que se preparaba para las próximas vacaciones. Ella, sin embargo, rara vez estaba al tanto de todo esto.Tal enamoramiento por el famoso Matías, significaba que pasaba una parte importante del año con mucho más tiempo libre que él. Aunque al principio resentía un poco que su novio tuviera que viajar más cuando ella no podía acompañarlo a vencer monstruos, Matías sofocó sus miedos y logró hacerla feliz con pequeños regalos de sus viajes y citas preciosas al volver. Ya sea yendo a alimentar patitos, dibujando juntos en la sala o siguiendo recetas nuevas en la cocina toda la tarde, el hombre realmente logró hacerla sentir como en casa durante todo el camino hasta ese punto de su relación.Vana pensaba mientras veía los pequeños dibujos que habían pegado en la ventana durante un aniversario (él era muy perezoso para quitarlos y ella amaba tener recuerdos por doquier) que lo echaba de menos…
Ella no era inútil, ayudaba mucho en el pueblo, todos la llamaban la esposa del líder. Y siempre estaba asegurándose de que todos estuviesen bien y seguros cuando él se marchaba. Le contaba historias a los niños sobre como Matías lograba vencer a cualquiera amenaza que se acechara el pueblo y como fácilmente podría incluso luchar contra un dios sin tambalearse y riendo cuando comentaba que incluso a ella la había salvado en más de una ocasión.
Se hacía pequeña en la camisa que le había dejado, la tarta de calabaza y los pastelitos que le había hecho se enfriaban de a poco en la cocina y sus ojitos querían lagrimear. Era su aniversario… Sabía que quizás no estaría, pero su corazoncito se fragmentó un poco viendo que, no estaría realmente. Él siempre, siempre llegaba. Jamás la decepcionaba.Pero Debía esperarlo, no podía ser tan egoísta cuando a su novio todo el mundo lo necesitaba, él era el más fuerte, el más valeroso y dulce. Lo normal era que a veces no pudiera cumplir con ella, el dolor era más por la sensación de soledad que por decepción.Así que de a poco se hizo bolita, cerrando sus ojos e inhalando, sabiendo que el atardecer ya estaría dando inicio, ¿Matías estaría viendo el mismo, cielo?— pst, pst… Mi amor, feliz aniversario — una voz dulce y pausada llegaba cerca de su oreja, mientras una mano confiada se metía por debajo de su camisa y la acariciaba de la cintura de arriba a abajo con afecto.— ¿Estás dormida? Ya estoy aquí — soltó una risa coqueta, propia de él mientras vana reaccionaba y rápidamente se daba la vueltaAbalanzándose encima y chillando.— ¡AMOR, AMOR! ERES TÚ, ERES TÚ, ESTÁS AQUÍ AL FIN — la pequeña gritaba emocionada mientras las lágrimas que había retenido terminaban de bajar por sus mejillas.El protagonista sonrió, parecía tan cansado, seguramente todos sus músculos dolían, pero no decía nada sobre el peso adicional que suponía tener encima a su novia. En su lugar, permitió que ella lo besara hasta que un quejido por la intensidad con la que lo hacía abandono su cuerpo. Su carita se apoyó a un lado del sofá, respirando profundamente como si tuviera intenciones de dormirse ahí mismo con ella encima.— mmghm, me esforcé en llegar, pero estoy cansado… Dame besitos- pero no creo que tengamos una cita hoy, lo siento — sonaba algo culpable mientras lo decía, pero vana sonreía en todas sus anchas como si eso fuera, aun así lo mejor que él pudo decir, cosa que alivio en parte el sentimiento de culpa en Matías.— nonono, llevo unos días sin verte. Solo quiero estar contigo, ¿Qué tal comer un poco de pay y luego bañarnos juntitos para dormir? ¿Mh? — acaricio sus cabellos quitándolos de su frente con dulzuraEl estómago de Mati rugió en respuesta ante la mención de comida y él asintió rápidamente como un niño pequeño, sonrojado un poco.
— me gusta estar en casa
— te amo, Mati
Inclinando la cabeza hacia arriba para besar la mandíbula de Matías como una forma silenciosa de mostrar su gratitud. Luego saco su mano de la manga de su buzo, la coloco en el lado izquierdo del pecho ajeno y tocó justo donde sabías que estaba su corazón.
Con un beso en la frente, su respuesta fue breve: «Yo también te amo».

Un pequeño poema lleno de amor

Cuando en ti me fijé por vez primera, entonces era ignorante ante la verdad tan obvia; más ahora, en retrospectiva, estoy segura de poder comprenderlo. Pudo haber sido, quizá, la magia de tus ojos, aquellos que cautivan; esa sonrisa encantadora que orna tu rostro; tu voz, cuál elixir embriagador; o el aroma que envuelve tu presencia; o mejor dicho, esa maravillosa maestría de la cual gozas de tejer palabras en Realidades moldeadas. Tu capacidad de dar forma a lo tangible, de embellecer lo efímero, de convocar lo sublime, a través de vocablos minuciosamente colocados. Aun así, lo que pudo haber sido queda atrás, resta de importancia. Lo único que sé es que desde aquel primer encuentro, quedé cautivada, y ahora, no disminuye tal afecto, nada ha cambiado. Me hallo prisionera de ti, de la maravilla que eres. Dudo sinceramente que algún día retire mis declaraciones. Al buscarte a ti con el pensamiento, siempre colmada de ese deleite y ávido deseo, que me impulsa a ansiar tu presencia, siento brotar una esperanza. Una alegría tan vivaz que colma mi ser, desencadenando en mí colores y melodías nunca antes experimentados. Amarte se convierte en una dicha que nutre mi existencia, abono a mi alma y corazón. Amándote de esta forma, creo haber encontrado mi refugio, . Aquel hogar por el que los perdidos imploran. ¿A quién podría entregarme sino a ti? A nadie más. Me sé forjada a tu medida, con tal precisión que me resulta inconcebible no pertenecerte, así como me perteneces tú a mí. No suplicaré porque retengas mi recuerdo cuando los designios nos separen, pues estoy segura, vida mía, que no hay manera alguna de desligarte de mi ser. De desligarnos.